Se trataba de una pequeña edificación para uso de almacén agrícola, construida con muros de adobes, forjado de vigas de madera aserrada de chopo del país empotradas en ellos, algunas haciendo un voladizo. La cubierta también era de estructura de madera aserrada, con viga en pendiente siguiendo el esquema tradicional de pares y una hilera en cumbrera. Sobre ella, se colocó un revestimiento de entramado de ramas y cañas tomado con barro. Y como acabado teja árabe tradicional. 

La construcción tenía cierto interés por su carácter de sistema tradicional, un testimonio de cómo se construía en los pueblos de León durante siglos.

Pero el avanzado deterioro de la cubierta, la cual se había hundido en algunas zonas, hacía peligrar la estabilidad del conjunto, y había riesgo de derrumbe hacia la calle adyacente.

Por todo ello, la propiedad decide demoler parcialmente la construcción, y dejar solo el muro de adobes de la planta baja como cierre de la pequeña parcela.

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Como sistemas de demolición, se emplearon herramientas manuales, y se comenzó desde la cubierta, retirando la teja, luego el entramado, las tablas, y las vigas pares.

Las vigas del forjado de planta alta, se cortaron con sierra mecánica y se retiraron.

Finalmente, se cerraron partes de uno de los frentes con bloque prefabricado de hormigón, se enfoscó con mortero color tierra y se colocó una puerta de entrada al solar. Como viga de coronación se realizó un zuncho de hormigón armado, y se remató con teja árabe como albardilla.

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